Historias de calle

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Son casi las 8 de la mañana y como siempre estoy sentado en este puto asiento metálico que me congela el poto aunque no haga frío. Para variar la micro no pasa y dudo que pase luego. Llegan más y más personas, algunos se aburren de esperar y se van en colectivo, yo no pienso pagar de más y prefiero seguir esperando. Para mi sorpresa hay una niña linda al lado mio, tiene el pelo largo es bonita, de hecho es hermosa, ¿cómo dejar de mirarla?. Es imposible no imaginarse cosas con ella, ¿como no soñar?.
Por fin viene la maldita micro, es viernes y para variar yo voy atrazado, que importa sólo tengo clase de inglés. Nos subimos a la micro, que por cierto va llena, yo trato de no mirarla, ella lee unos papeles que lleva en la mano, seguramente son apuntes. Es realmente linda,tiene ese aire descuidado, se nota que se toma mas de 5 minutos para arreglarse, no lo necesita. Seguramente no soy ni el primero ni el último que no puede dejar de mirarla.
Por fin llegamos al metro, ella va en la misma dirección que yo, se sube a un vagón distinto pero aún puedo verla a través de la ventanilla que comunica los vagones.
Gran sorpresa! se baja en Juan Saquín, obvio que también va atrasada, me ve, seguramente sabe que soy el tipo que la ha estado mirando desde hace mas de media hora. Ambos corremos, ninguno quiere llegar más atrasado aún.
Mientras corro no puedo evitar seguir pensando en ella, tiene algo que me llama la atención, estoy seguro que ella sabe que yo la miraba, pero por alguna razón creo que será difícil poder conocerla.
Por fin llego a ingles, Guillermo hace su magistral clase y yo como siempre me siento al final, no me puedo sacar de la cabeza a esta chica.

Hace ya más o menos 3 semanas que nos encontramos en el paradero de la maldita micro algunos días de la semana. Ella finge que estudia algo y y o pretendo estar preocupado de la música que siempre escucho.

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