De Espaldas

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Con cubiertas de latón voy a construirme una prisión, pienso recluirme en ella y no salir jamás. Le temo a los golpes fuertes y a las pelusas de mi alfombra, además estoy convencido de que el tipo del negocio de la esquina quiere robarme los pompones de mi gorro plomo. No puedo ni voy a permitir que lo haga. Primero he de matar al bastardo, se donde vive y a que hora sale. Se que tengo problemas y por eso nadie puede ver mi rostro, si lo vieran también caerían presos de locuras infernales. Sueño con lagartos que comen arañas, lagartos escamosos de color verde oscuro, con diminutos dietes tan afilados como un bisturí. Esta noche voy a capturar al lagarto, también tengo un plan para eso. Mientras duerma, en realidad estaré despierto, voy a cazar al maldito lagarto con el control remoto de mi TV y un lápiz pasta rojo. Con el control le voy a aplastar la cola para que no escape y luego le voy a cortar la cabeza con la punta del lápiz rojo. Merece morir ya que come arañas, pero según el sueño es un lagarto inteligente, se va a esconder pero yo voy a estar despierto y el no se va a poder escapar. ¡Gran sorpresa!, el tipo del negocio me ofrece una ofrenda para que no lo mate, es una bolsa de papel azul, con un tarro de crema y duraznos en conserva. Aunque recibo su regalo con regocijo, él debe morir, decidí degollarlo para que su muerte fuese rápida. Ahora esperaré a que llegue la noche, ese lagarto come arañas también merece morir, sólo así las arañas en muestra de gratitud me regalaran 3 pares de brazos para poder rascarme la espalda a gusto.

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